En los últimos años, China ha emergido como el líder indiscutible en el mercado de vehículos eléctricos (VE), impulsando una transformación global no solo en la industria automotriz, sino también en la demanda de recursos naturales esenciales para su producción. Desde metales críticos como el litio y el cobalto hasta el níquel, el crecimiento explosivo del mercado chino está afectando profundamente las cadenas de suministro de estos materiales y las relaciones comerciales a nivel global.