Cómo construir tu negocio en España paso a paso
¿Eres extranjero pero quieres montar un negocio en España? ¿Si no soy de nacionalidad española puedo abrir un negocio en España? Pues nos alegra decirte que la respuesta es sí. Los diferentes convenios entre los países pertenecientes a la UE y los territorios incluidos en el Espacio Económico Europeo, determinan que cualquier ciudadano de la UE tiene derecho a crear una empresa, siempre y cuando se cumplan con una serie de requisitos y los trámites se realicen de la forma correcta. A continuación os contamos cómo construir tu negocio en España paso a paso.
Cómo construir tu negocio en España paso a paso.
Si la aventura empresarial reserva muchas sorpresas, ciertos aspectos de la creación de una empresa en España merecen ser estudiados de antemano para optimizar las posibilidades de éxito. El dominio de la lengua española y de los códigos culturales hispanos, así como las autorizaciones legales, son claves para lanzar y desarrollar un negocio en España.
¿Quién puede crear una empresa en España?
Cualquier persona, extranjera o española, puede abrir un negocio en el país. La única condición es ser residente legal. Por eso, ante la pregunta de si un inmigrante irregular puede montar un negocio en España, la respuesta es no. Tener un estatus legal será esencial. Sin embargo, dependiendo del país de origen, el procedimiento puede ser más o menos complicado.
Los pasos para crear una empresa son siempre los mismos, siendo extranjero o no. La única diferencia está en el paso previo que debe seguir todo extranjero: la necesidad de convertirse en residente legal en España. Después de obtener la residencia, los pasos son exactamente los mismos.
Además, los procedentes de países que no estén dentro de la UE o del EEE deben solicitar el visado de emprendedor, que no es otra cosa que un permiso de residencia que te permitirá vivir en España durante un período de dos años, y la autorización de residencia para emprendedores.
¿Cuáles son los puntos importantes que tengo que tomar en cuenta antes de lanzarme?
Para los nacionales de la UE, el procedimiento es sencillo. Solo hay que obtener un NIE y el certificado de registro de la UE para poder empezar a crear la empresa.
Pasos necesarios para crear una empresa en España.
Disponibilidad del nombre de la empresa: Desde el punto de vista legal, el primer paso para crear una empresa en España es comprobar en el Registro Mercantil que la denominación social está disponible.
Abrir una cuenta bancaria: Una vez reservada la razón social, hay que abrir una cuenta bancaria a nombre de la empresa y depositar la suma de dinero correspondiente a la forma jurídica elegida para obtener un certificado bancario de disponibilidad de fondos mínimos.
Redactar los estatutos: Es importante redactarlos de forma que se adapten al máximo a las necesidades y preocupaciones de los socios, tratando de evitar los modelos estándar.
Elegir los directores: Dependiendo de la forma administrativa de la empresa, puede haber un único administrador, varios administradores mancomunados o un consejo de administración. En el caso de los inversores extranjeros, también es necesario nombrar un representante residente en España.
Escritura de constitución en la notaría: Los documentos de constitución de la empresa deben ser firmados ante notario por todos los socios, tanto nacionales como extranjeros (o su representante). La obtención de la escritura de constitución ante el notario te permitirá obtener un NIF provisional. Si uno de los socios es una persona jurídica extranjera, será necesario justificar su existencia.
Solicitar el CIF (código de identificación fiscal de la empresa): Tu empresa debe identificarse ante las autoridades fiscales. Por lo tanto, se debe solicitar el CIF. Es el número único que identifica a la empresa de otras en materia fiscal.
Inscripción en el Registro Mercantil y obtención del NIF definitivo: Posteriormente se debe inscribir la empresa en el Registro Mercantil y obtener el NIF definitivo. Desde el punto de vista fiscal, España cuenta con un régimen fiscal favorable para las inversiones, como:
1) Exención de dividendos y ganancias de capital para extranjeros.
2) Existencia de regímenes especiales para empresas holding con inversiones extranjeras.
3) Ventajas para la investigación y el desarrollo.
4) Según el caso, un buen tratamiento fiscal para las personas físicas.
5) Tratados de doble imposición con muchos países, incluidos casi todos los de Sudamérica.
6) La pertenencia a la UE no sólo unifica las normas para los 27 Estados miembros, sino que también evita la doble imposición en todos los países asociados.
Acudir al notario para firmar la escritura: Se definirá quiénes son los inversores/accionistas y el administrador. Además, se debe indicar claramente en qué consiste la empresa.
Acudir a la Agencia Tributaria: Tras la firma de la escritura de compraventa ante el notario, hay que registrar todos los documentos y obtener el sello de este organismo. Sólo se empezará a pagar impuestos una vez que hayas puesto en marcha la empresa.
Afiliación a la seguridad social: Finalmente, el último paso es ir a la oficina local de la Seguridad Social para registrar la nueva empresa.
Una de las preguntas que hay que hacerse antes de iniciar un negocio en España es la elección de la estructura jurídica.
En España, existen tres tipos principales de estructuras empresariales:
La sociedad de responsabilidad limitada (SRL):
La estructura de la SRL española es especialmente flexible y presenta evidentes similitudes con la SARL francesa por ejemplo. Al optar por este estatus, la responsabilidad del emprendedor se limitará al capital de la empresa, que puede tener un número ilimitado de accionistas.
La sociedad anónima (S.A.):
Este tipo de sociedad se caracteriza porque el capital está dividido en acciones que pueden transmitirse libremente, lo opuesto a la sociedad limitada, así como por la gran cantidad de socios que pueden llegar a participar en ella.
Situación de autónomo:
El estatuto de autónomo responde a necesidades diferentes a las de una sociedad de responsabilidad limitada o una sociedad anónima. Este estatus te permitirá realizar una actividad independiente, como consultor o trabajador autónomo, para clientes españoles.
¿Se puede registrar una empresa sin ser residente?
Para construir tu negocio en España, no es necesario prepararse para la expatriación: puedes dirigir tu empresa desde casa, siempre que respetes ciertas normas. La empresa debe tener una presencia física en suelo español, ya sea un local comercial o incluso un apartamento. Los espacios de coworking también son una opción si quieres montar tu negocio en España y seguir viviendo en tu país de origen. Por otro lado, necesitarás emplear un mínimo de un trabajador en territorio español para establecer tu negocio en España sin ser residente.
¿Cómo abrir una cuenta bancaria para empresas?
La creación de una empresa en España implica la apertura de una cuenta bancaria específica. En realidad, es muy sencillo: sólo tienes que aportar algunos documentos justificativos (documentos de identidad, certificado de no residencia, prueba de residencia) antes de acudir al banco español de su elección. El importe del depósito inicial suele ser bajo y los trámites son especialmente rápidos.
¿Qué obligaciones tienes una vez que has creado tu empresa?
Tanto si eres residente en España como si no, la creación de una empresa en España requiere el cumplimiento de determinadas normas contables y fiscales para poder desarrollar una actividad legalmente. Por ejemplo, tendrás que preparar tus declaraciones fiscales trimestrales y anuales y presentarlas a las autoridades fiscales pertinentes.
También tendrás que llevar libros de contabilidad, que presentará al registro mercantil correspondiente una vez al año. Estas obligaciones fiscales y contables se aplican independientemente del volumen de negocio. Si no obtienes beneficios, tendrás que llevar tu contabilidad y presentar tus declaraciones fiscales a las autoridades competentes.
¿Cómo financiar mi proyecto?
Cuando se crea una empresa, la cuestión de la financiación suele plantearse desde las primeras etapas. Necesarias para la constitución del capital, pero también para la puesta en marcha de la actividad y/o la producción, estas fuentes de financiación pueden ser variadas. En primer lugar, debes preguntarte por tus recursos personales: la autofinanciación suele ser esencial durante los primeros meses de actividad.
También puedes acudir a los bancos españoles, que no dudarán en concederte un préstamo si cumples dos condiciones principales: recursos personales suficientes y un sólido expediente de presentación.
Por último, los inversores privados y públicos ofrecen préstamos específicos a los empresarios, a través de organizaciones especializadas. También en este caso, tendrás que tener un plan de negocio coherente y saber venderlo a los posibles inversores.
